LA CALIDAD DE VIDA, UNA REALIDAD SOCIAL
En la postura anterior se
hablaba del hilo ético construido por cualquier ser humano, que reflexiona
frente al instinto mismo de la supervivencia, del machismo y de la
deshonestidad junto al capricho de querer reflejar situaciones no validas,
frente al valor ético y menos frente al instinto de verse cada día mejor, ante un mundo o regionalismo que se convierten
en hechos que desde el punto de vista se son situaciones negativas en el ser
humano y más cuando se encuentran tesis éticas como en donde muestra la
relación misma de la acción y el operario llamado ser humano.
La tesis nos define
conceptos propios de calidad de vida, pues la coincidencia se presenta en la
postura, donde el hombre y la mujer se centran en un egocentrismo propio del
mundo global y el autor nos dice “por calidad de vida debe entenderse el
intento de dotar de contenidos materiales normativos al principio formal de
respeto de los seres humanos”, pues ratifica lo dicho, ya que la calidad de vida
nace desde la acción misma del hombre y de la mujer, desde un punto de vista
correcto o sea lo ético, como principio fundamental del querer ser de la vida y
del instinto mismo del querer ser y no del querer, el libertinaje que en ocasiones
se llama machismo o feminismo. Esta acción se va desdibujando cada día, pues en
la medida que pasa el tiempo aparece la verdadera autonomía no solo desde lo
sexual, sino de la emocionalidad misma que permite comportamientos en un
espacio sociocultural. Lo que benéfica plenamente la calidad de vida, ya no
solo desde lo personal, sino desde lo público como avance mismo a la
trayectoria de vida del individuo.
Estas situaciones se
implementan en principios éticos no válidos, que se reflejan esencialmente en
lo ya expuesto desordenes sociales y
familiares, pues agudiza definitivamente la calidad social, desdibuja el
interés cooperativo y se refleja una pobreza que afecta directamente a las
juventudes porque la pobreza no es solo desde lo económico, sino también desde
lo ético, filosófico y lo más complejo desde lo mental y emocional.
Toda calidad de vida según
la tesis, está enmarcada en los derechos, pues aquí aparece la justicia y se
nota el acabado final, quien hace el mal ético, desmejora su calidad de vida y mal
forma sus emociones teniendo como debito propio la persecución misma de no
hacer nada por lograrlo.
Martha Isabel Villamil