viernes, 13 de mayo de 2016

LA CALIDAD DE VIDA, UNA REALIDAD SOCIAL


En la postura anterior se hablaba del hilo ético construido por cualquier ser humano, que reflexiona frente al instinto mismo de la supervivencia, del machismo y de la deshonestidad junto al capricho de querer reflejar situaciones no validas, frente al valor ético y menos frente al instinto de verse cada día mejor,  ante un mundo o regionalismo que se convierten en hechos que desde el punto de vista se son situaciones negativas en el ser humano y más cuando se encuentran tesis éticas como en donde muestra la relación misma de la acción y el operario llamado ser humano.
La tesis nos define conceptos propios de calidad de vida, pues la coincidencia se presenta en la postura, donde el hombre y la mujer se centran en un egocentrismo propio del mundo global y el autor nos dice “por calidad de vida debe entenderse el intento de dotar de contenidos materiales normativos al principio formal de respeto de los seres humanos”, pues ratifica lo dicho, ya que la calidad de vida nace desde la acción misma del hombre y de la mujer, desde un punto de vista correcto o sea lo ético, como principio fundamental del querer ser de la vida y del instinto mismo del querer ser y no del querer, el libertinaje que en ocasiones se llama machismo o feminismo. Esta acción se va desdibujando cada día, pues en la medida que pasa el tiempo aparece la verdadera autonomía no solo desde lo sexual, sino de la emocionalidad misma que permite comportamientos en un espacio sociocultural. Lo que benéfica plenamente la calidad de vida, ya no solo desde lo personal, sino desde lo público como avance mismo a la trayectoria de vida  del individuo.
Estas situaciones se implementan en principios éticos no válidos, que se reflejan esencialmente en lo ya expuesto desordenes sociales y familiares, pues agudiza definitivamente la calidad social, desdibuja el interés cooperativo y se refleja una pobreza que afecta directamente a las juventudes porque la pobreza no es solo desde lo económico, sino también desde lo ético, filosófico y lo más complejo desde lo mental y emocional.

Toda calidad de vida según la tesis, está enmarcada en los derechos, pues aquí aparece la justicia y se nota el acabado final, quien hace el mal ético, desmejora su calidad de vida y mal forma sus emociones teniendo como debito propio la persecución misma de no hacer nada por lograrlo.

 Martha Isabel Villamil